Nara fue la primera capital de Japón, es la segunda ciudad después de Kyoto con un gran legado cultural, cuenta con ocho lugares declarados patrimonio mundial.
Hoy me he despertado con pocas ganas de ver templos, ya son muchos días viendo templos durante muchas horas y el día de hoy me lo voy a tomar de una manera más relajada. El único templo ineludible Tôdai-ji, el edificio de madera más grande del mundo con un gran buda en su interior, de unos 16 m de altura 437 toneladas de bronce y 130 Kg. de oro
Dentro del templo en una de las columnas hay un orificio del mismo diámetro que uno de los orificios del gran buda, dicen que si logras pasar por el agujero tienes garantizada la sabiduría.
Nada más llegar a la estación de Nara, a escasos metros empieza Nara-Kôen, parque de grandes dimensiones a los pies de unas montañas. Allí hay muchos templos, entre ellos Tôdai-ji. En este parque hay una gran población de ciervos.
Aquí podéis ver a uno de los nietos de Bambi, que conocí al principio del día. El me explicó los secretos del lugar y los rincones más interesantes para escapar de las grandes multitudes que visitan la ciudad.
Por la tarde regreso a Kyoto para hacer la última visita al mercado de Nishiki en Kyoto para hacer unas cuantas fotos y comprar tempura para la cena.