A media mañana nos vamos a las cuevas de Hércules, quizá en temporada baja puede ser un lugar interesante, pero en agosto pierde la poca gracia que podía tener, es un espectáculo orientado al turista, en ningún momento da la sensación de estar en un lugar auténtico, evitar a no ser que seas de los que les gustan los viajes totalmente organizados, con espectáculos tradicionales típicos de la región incluidos. La parte positiva de la visita… las mazorcas de maíz y unos pastelitos de frutos secos variados con miel que vendían fuera de las cuevas a un precio muy razonable, eran deliciosos!!!
Cerca de las cuevas fuimos a comer a un chiringuito con vistas al mar, donde comimos un guiso de pescado delicioso, lástima que los tés que pedimos tardasen tanto que al final desistimos de esperar.
A pesar de la visita a la gruta de Hércules, ha sido una mañana muy divertida, nuestra intención es pasarlo bien aunque lo demás falle.
A pesar de la visita a la gruta de Hércules, ha sido una mañana muy divertida, nuestra intención es pasarlo bien aunque lo demás falle.
El resto del día nos lo tomamos con calma hasta tarde que volvemos a salir de Tánger para ir a Larache para la segunda celebración, esta vez le toca a los hombres, la fiesta gira en torno a ellos (nosotros) hay músicos y mucha, mucha comida.
Aqui podeis ver un pequeño video:
Durante toda la noche los músicos a penas hacen pausas, la música es muy buena, aunque hoy no se baila tanto como ayer, cosa de hombres, mientras las mujeres preparan exquisitos manjares que no paran de salir de la cocina. Todos colaboran para que todo salga bien, la única pausa un poco larga es para comer los platos fuertes, por si alguien aun tiene hambre!!!
La fiesta llega a su cumbre cuando se tatúa con Henna la mano de Said, luego la bandeja que se ha usado para esto, se la pasan a los que se supone que se tienen que casar a corto plazo, estos se colocan la bandeja en la cabeza y bailan, hasta pasarle la bandeja a otro.
Al final nos retiramos casa y otra vez llegamos a Tánger al amanecer.