jueves, 4 de octubre de 2007

2º día en Marruecos




Hoy la mitad del grupo nos hemos despertado temprano y hemos ido a la plaza más popular de chaouen, una de las razones es para disfrutar del primer desayuno en marruecos, aun recordaba los del anterior viaje, la base eran dos clases de tortas, no recuerdo muy bien el nombre (raif y XXX) (por favor el que recuerde el nombre que lo escriba), se acompañan normalmente de miel, queso de cabra fresco recién hecho, mermelada y todo lo que uno quiera. Perdonar por las fotos, pero todos nos abalanzamos antes de pensar que solo quedaban los restos para hacerle la foto.

Después del desayuno vamos a pasear por el pueblo para hacer unas compras y un poco de tiempo hasta encontrarnos con el resto del grupo. Chefchaouen está lleno de color, a primera vista el color predominante es el azul, casi todo el pueblo está pintado de este color y la verdad es que solo con esto ya hace de Chefchaouen un lugar muy especial, pero si uno se fija un poco más se ven muchos pequeños detalles de colores vivos que hacen de cada rincón del pueblo un lugar diferente.

Después de varias compras nos reunimos en la plaza de los restaurantes con el resto del grupo, Iván, Cristina, Mireia, Mustapha y Eilhem que están desayunando en un pequeño restaurante. Allí vemos lo que han comprado y algunos no pueden esperar para estrenar algunas compras.
Mientras algunos acaban de desayunar y Mustapha se encarga de gestionar la siguiente actividad, otros damos un paseo por el pueblo. Al final nos reunimos todos porque Mustapha ha conseguido alquilar un Hamam, un baño para todo el grupo.
Normalmente los baños son separados para hombres y mujeres, por eso alquilamos la instalación para nosotros solos. Lo que sucedió allí hizo de ese día un día perfecto, Jugamos, cantamos, bromeamos, reímos y mucho más, allí estuvimos todos, no sé si ese momento hizo que el grupo fuese una piña, pero una cosa tengo clara, desde ese momento los lazos de todos parecían más fuertes.
Luego el resto del día fue muy relajado, todos estábamos muy a gusto y sin darnos cuenta se hizo la hora de marcharnos de Chefchaouen para regresar a Tánger, el camino de vuelta pude disfrutar de conducir la moto de Mustapha.