Nos despertamos temprano para subir una montaña cercana al pueblo, desde donde hay unas vistas de 360º, desde la cima, vemos el amanecer. Allí por primera vez puedo hablar en mi idioma durante un rato, ya que arriba nos encontramos con una chica que también viene a ver el amanecer, es sudafricana, con nacionalidad italiana. No recuerdo su nombre, pero por un rato pude expresarme tal cual era yo, ya que cuando uno habla en otro idioma que no controla al 100% es muy difícil ser uno mismo.
De regreso al pueblo y a descansar un poco, ya que por la tarde sigo mi camino hacia el norte de la India, viaje que haré en avión, de lo contrario me llevará varios días que no quiero perder.
He estado pensando en lo afortunados que somos algunas personas por nacer donde hemos nacido. Aquí en la India hay mucha pobreza. Es un problema que todos sabemos, sin embargo he podido tomar mayor conciencia al tratar directamente y diariamente con ello. Aquí hay muchísima gente que está constantemente pensando en el dinero. Todo el mundo te quiere vender algo, mucha gente se para a hablar contigo, solo para sacar algo de dinero, puede resultar algo agobiante, sin embargo para ellos es cuestión de poder seguir adelante y llevar comida a casa, así que tampoco se les puede juzgar por ello. Uno se siente impotente ante la situación, ya que el numero de gente en esta situación es muy elevado.