Tras el hallazgo, no pude prescindir de este restaurante durante toda mi estadía. Allí encontré todos los ingredientes que necesitaba, excelente comida japonesa (igual que comer en Japón) en buena compañía y un lugar donde relajarme tras las largas caminatas por la isla.
Esta foto se la dedico a Héctor, con quien he disfrutado muchos Ramen en Tokyo. Si degustases este Ramen no verías la diferencia. La pasta es tan fresca, que la hacen cuando se pide el plato.
Berenjenas... que buenas!!!! Estos dos platos fueron mi última cena, la cantidad era para dos personas, pero no quería marcharme sin probar todo lo posible.
Muchos fueron los que allí comieron, sobretodo después de escucharme hablar del restaurante.
Algunas noches compartía mesa con algunos que querían probar las delicias de Kotaro.
Aquí con Francisco, el Chef, luciendo bigote y otro cliente habitual, fueron mi compañía todas las noches. Un abrazo muy grande.
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