martes, 12 de junio de 2007

Kyoto, tercer día.

6 de junio de 2007

Hoy me dispongo a acabar con Kyoto, cargado de energías voy hacia el Noreste de la ciudad, para luego seguir caminando en dirección sur y acabar en el otro extremo.
Primero me dirijo a Ginkakuji,

un bonito templo con un jardín muy interesante, este cuenta con gran variedad de musgo, por lo menos llegue a contar más de 40 especies diferentes.

El cuidado de los jardines y su entorno llega hasta el más mínimo detalle, se puede ver como limpian un bosque entero, cortando y barriendo las plantas y hojas no deseadas.

Ya fuera del recinto de Ginkakuji, voy andando en dirección sur, siguiendo un tranquilo canal donde hay pequeños locales de te o para tomar algún tentempié.

por el camino visito algún templo oculto en la ladera de las montañas, hasta al final llegar a Heian otro grupo de templos de color naranja, donde casualmente me encuentro con tres chicas que duermen en la misma pensión, con las que puedo practicar mi japonés


Con ellas visito los templos de Heian y me explican algunas curiosidades que yo solo no habría descubierto.
Al final me separo, para poder visitar Nishiki, un mercado muy interesante, donde se puede comprar gran variedad de productos frescos, allí descubro un puesto donde cocinan una tempura de vegetales bastante buena y a un precio inmejorable, por unos 300 yenes (menos de 2€) tengo para una comida.


Después del mercado, quiero visitar Kyomizu-Dera, unos templos declarados patrimonio mundial y candidatos a convertirse en una de las maravillas. El camino hasta allí es muy interesante, pasa por la zona de Gion, por unas calles apartadas, muy tradicionales, donde me encuentro con alguna geisha. Ya en Kyomizu-Dera me encuentro otra vez por casualidad a las mismas chichas que encontré a medio día –con la cantidad de gente que hay en Kyoto!!!!


De vuelta a la pensión paso otra vez por el mercado para curiosear por otra de las muchas calles sin descubrir, allí me encuentro con una tienda con artículos de bomberos y donde compro una camiseta, aunque es un poco cara he podido marcharme sin un souvenir "bomberil". Por la noche salgo a dar un paseo por la vera del río con mi amiga holandesa, en busca de luciérnagas. Hemos visto mucha gente disfrutando de su tiempo libre, paseando, tocando instrumentos tradicionales, cantando y descansando. Allí cenamos algo bento, comida para llevar al estilo japonés.
Al final por la noche otra agradable reunión con los huéspedes del hostal.

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