Hoy ha empezado la parte más especial de mi viaje por estas montañas. Tras tres horas subiendo por unas montañas, hemos llegado a una pequeña aldea, a unos 2000m de altura.
Poco antes de llegar a la aldea, paramos en una casa de un granjero para tomar un té, recuperar energía y charlar un rato.
Vista de la aldea . A este lugar no llegan carreteras, el agua se recoge directamente de un rio y la comida sale de la tierra de estos valles.
Antes de ir a dormir, nos despedimos del vecino de enfrente.
A la mañana del día siguiente vamos a subir un pico de 4500m, por el camino hay muchas oportunidades de observar fauna y escenas típicas rurales.
El ascenso a la montaña lo hacemos fuera de caminos, montaña a través. La ascensión se hace muy dura, teniendo que andar casi todo el camino haciendo uso de manos y brazos, pasando por algún lugar delicado.
Ya en la cima solo queda disfrutar de las vistas.
Antes de descender, vamos a buscar agua cerca de esta casa de pastor.
Ya de regreso a la aldea, sigo disfrutando de escenas que bien podrían ser de varios siglos atrás. Aquí apenas hay rastro de modernidad.