UN PASEO POR LA SELVA
Me despierto. Miro el reloj, son las 4:30. Parece un buen momento para salir a dar un paseo. Aquí amanece a las 5 de la mañana.
Salgo a caminar, mis pasos me llevan a explorar la parte sur de la isla. Siguiendo la carretera he dado con una senda que se adentraba por la selva. De un metro de ancho, a juzgar por la hojarasca del suelo, no parecía un camino muy transitado. A medida que avanzo el camino se estrecha hasta tocar con los hombros la vegetación que limita el camino. Van apareciendo diversas bifurcaciones, a veces más de dos en el mismo cruce, con lo que tengo que ir dibujando un mapa mental para luego poder regresar sin perderme. A veces el camino toma una dirección que no me convence, así que deshago mis pasos para tomar otro camino, lo que me obliga a prestar más atención para no desorientarme. Sigo avanzando, vadeando varios ríos (no descarto que alguno de ellos fuese el mismo) hasta que llega un punto en el que tengo que tomar una decisión. Si continuo es muy probable que mi mapa mental sea ya demasiado complicado como para deshacer mis pasos, por lo contrario me apetece seguir explorando la selva. Entonces me hago esta pregunta ¿Para que estoy aquí? mi respuesta es seguir adelante hasta que mi mapa se disuelve por completo, solo me queda recordar las direcciones, así para regresar, solo tengo que seguir hacia el este. Se me está acabando el agua, así que decido buscar el camino de regreso, este es el momento de saber si me he orientado bien. Sigo varios caminos que me parecen más directos hacia la salida sin embargo no reconozco ninguno de ellos, he caminado bastante el camino de regreso es largo, hasta que por fin encuentro algo que me ayuda a salir. Mierda de elefante. El sentido común me dice que aquí no hay elefantes salvajes, así que estos deben transitar por aquí hacia algún destino poblado. Sigo la mierda en la dirección que yo creo es Este y por fin doy con la salida.
os pongo unas fotos de el camino de regreso hasta mi cabaña. Los recuerdos de la selva quedarán para mi.
Precioso, casi diría que poético.
ResponderEliminarUn abr<zo warrete.
Iván.